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Título 2

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UNA NUEVA AGENDA NECESARIA PARA EL MUNDO

 

Tiempos difíciles ha vivido la humanidad en el período de un año que se cumple. Desde enero de 2020, el mundo se mueve lentamente, paso a paso, como nunca antes se había imaginado. Lo invisible sorprendió y paralizó a todos de manera abrumadora. En medio del caos y el desorden en el globo, llegan buenas noticias de aliento con los logros de la ciencia. En este escenario de poca certidumbre y mucha esperanza, se suspenden las agendas globales del milenio, los pactos sociales y los acuerdos multilaterales suscritos. Igualmente, las metas para el siglo XXI momentáneamente. La tan celebrada globalización lograda en el pasado se ha convertido en un mosaico que requiere reparaciones urgentes, pues algunos puntos están desgastados. El Planeta lleva tanto tiempo pidiendo ayuda y las comunidades siguen desanimadas, sufriendo, ignoradas. El invasor invisible puso de rodillas al mundo global en parálisis de perplejidad ante su fuerza devastadora que se extendió por el planeta a la misma velocidad que las tecnologías conquistaron. Las fisuras globales y los males sociales locales han quedado expuestos, en algunas sociedades menos, en otras mucho más. Las diferencias y similitudes entre las personas nunca se han revelado con tanta dureza. El COVID 19 trajo cambios. Después de todo, ¿por qué la humanidad se ha vuelto tan vulnerable? La difícil respuesta parece estar justo frente a los ojos, pero todavía hay un velo de vanidad humana que la cubre. El apocalipsis tan temido en el siglo pasado, de alguna manera se cumple en este, ya que afectó directamente a las personas, las economías, los planes, las agendas positivas, los negocios, invadió fronteras e inundó de miedo todos los espacios. En los últimos meses se han destinado grandes sumas de dinero a la investigación científica, que ha logrado de manera brillante e incesante lograr una hazaña para llevar aliento a la humanidad, y lo ha hecho en un corto espacio de tiempo nunca antes experimentado. En este momento los países se están organizando y muchos ya están inmunizando a sus poblaciones con la vacuna de la esperanza. Si, vacuna de la esperanza!!! La esperanza de todos de retomar su vida, no como antes, sino la reanudación de la vida social en un nuevo formato; con nuevos comportamientos, con nuevos planes, la reactivación de los negocios y el trabajo ahora a nuevos estándares, el lento y necesario apalancamiento de economías entonces debilitadas. Ante un nuevo escenario mundial se requieren reflexiones de todo tipo, ya sean filosóficas, económicas, religiosas, médicas, científicas, técnicas, esotéricas y muchas más. En medio de este “mundo nuevo”, ¿cómo asegurar el desarrollo sin exponer a las personas a riesgos? ¿Cómo asegurar el ritmo de la vida cotidiana cuando el mundo sigue con los ojos vendados? Difícil tarea que desafía la capacidad de gestión de quienes gobiernan y mandan la dirección de las ciudades donde habita la gente. ¿Cómo superar esta ola de incertidumbres, debilidades y promover el desarrollo sostenible? Quizás, las respuestas no llegan tan fácilmente o al menos no se encuentran en los modelos de gestión utilizados hasta el momento. La nueva realidad que se plantea en las calles, en las casas, en las escuelas, en los espacios públicos, en las ciudades llegó sin manual de instrucciones y requiere sensibilidad, liderazgo positivo, capacidad humana y técnica para enfrentar lo más expuesto tras la gran crisis. del COVID 19, el tejido social enfermo, cuyo núcleo es el Ser Humano. Acoger, sanar, motivar y orientar al Ser en un contexto de tanta complejidad es una tarea hercúlea y agotadora que requiere más que una planificación estratégica. Es una misión en la que los gobiernos y gestores municipales contarán con equipos técnicos altamente calificados y con un alto grado de compromiso con el Otro, que en este caso es su Similar. Los Similares que, como técnicos y funcionarios de gobierno, vivieron el mayor drama social de las últimas décadas, cuyas consecuencias en la vida de miles perdurarán por muchos, muchos años. Han sido millones y siguen siendo miles de vidas quitadas, millones de dramas personales sufridos a diferentes niveles capaces de desestabilizar hasta a los más equilibrados emocional, física y técnicamente. Este nuevo estatus mundial obliga este año y en los próximos, a la revisión de agendas sociales que antes eran globales. Estos deben adaptarse a comunidades microrregionales y, en algunos casos, estrictamente locales. Esto es porque en ese momento no hay apoyo social para pensar en los objetivos del milenio a gran escala, cuando el Ser Humano sin importar su clase social, grandeza de economía, nivel de educación, etc., está devastado por dentro. La gestión urbana debe encontrar formas y medios de reinventarse para hacer frente a la promoción de su gente a partir de la inversión en el ciudadano como ser para fomentar una sociedad basada en nuevos niveles de convivencia social. Esta nueva sociedad del siglo XXI que retoma su andadura tras el gran trauma mundial requiere de nuevas herramientas de gestión que contemplen el despertar de la conciencia ciudadana colectiva, cuyo comportamiento individual resuene en el Otro. La educación a todos los niveles debe ser revisada para incluir conceptos renovados capaces de estimular el sentimiento de empatía, especialmente en las sociedades más violentas, despertando la conciencia del deber de cada uno por el bienestar de sus semejantes. La expresión bíblica “Amaos como yo os he amado”, suena como un legítimo deber y derecho en este nuevo camino de la humanidad en el que el respeto a vosotros y a los demás, valores tan compartidos durante la pandemia, debe seguir alimentando a todos, empezando por el Poder Público con el sustento de que Todos son iguales en origen como seres humanos, independientemente de su credo, color, nacionalidad o clase social. La fórmula para la salvación del hombre en sociedad se refleja en el espejo que los gobiernos reflejarán para sus pueblos y cuánto repetirán en sus acciones y programas de desarrollo sostenible los valores insertos en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1.789 , tan actual por el momento. Independientemente del modelo de gestión pública elegido, éste debe incluir algunos verbos en el nuevo discurso social para la promoción continua de una ciudadanía colectiva basada en la mirada individual del Ser en la construcción de sociedades libres más humanizadas. En estas nuevas sociedades que emergen pospandemia, los derechos de los iguales no pueden excluir los de los desiguales en la medida exacta de sus desigualdades, respetando las diferencias para fomentar la solidaridad, la unión y las libertades individuales que resuenan y resuenan en la conciencia colectiva ciudadana. El nuevo tiempo en el mundo exige la conjugación del verbo estar en primera persona del plural en la construcción de nuevos caminos y puentes que se construirán para asegurar un futuro mejor para todos en el planeta.

 

ILIANE MARIA COURA. De Curitiba (Brasil). Abogado. Profesor. Conferenciante. Escritor y Poeta. Maestría en Dirección y Gestión Pública Local por la Universidad Carlos III de Ma Postgrado en Derecho Empresarial, Licenciado en Derecho y Licenciado en Letras por la Pontificia Universidade Católica do Paraná y en Gestión Pública de Proyectos Sostenibles por la Fundación SOL Ciudad 2000 Córdoba (Argentina). Un entusiasta de las acciones sociales para promover el despertar de la conciencia ciudadana colectiva por un mundo más humanizado y solidario.

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